martes, 18 de septiembre de 2018

Frases célebres de San Martin





.
Diez frases célebres de José de San Martín 
- Una derrota peleada vale más que una victoria casual.

- La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien.

- Mi sable nunca saldrá de la vaina por opiniones políticas.

- Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla.

- Si somos libres, todo nos sobra.

- Mi nombre es lo bastante célebre para que yo lo manche con una infracción a mis promesas.

- Hace más ruido un hombre gritando que cien mil que están callados.

- La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.

- Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos.

- Mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles; mi edad mediana al de la Patria; creo que me he ganado mi vejez.




Resultado de imagen para frases celebres de san martin

































Las Nietas del General San Martin


LAS NIETAS DEL GENERAL SAN MARTÍN

LAS NIETAS DEL GENERAL SAN MARTÍN

LAS NIETAS DEL GENERAL SAN MARTIN

Enrique Mario Mayochi nos acerca este  articulo para que conozcamos la descendencia de nuestro Libertador.

Su hija Mercedes le dio al abnegado progenitor de su existencia, dos nietitas, con las cuales el ilustre viejo pasó momentos de regocijo y esparcimiento jugando como niño con las dos criaturas que le resultaron un entretenimiento feliz en sus últimos años.
Y estas risueñas chicuelas, picaronas como ninguna, se llamaban María Mercedes y Josefa Dominga Balcarce de San Martín. Vieron partir con dolor a la eternidad al viejo abuelo que casi ciego por las cataratas, a veces las confundía, lo que provocaba hilaridad en las picaronas, y cuando ambas se peleaban por ganarse cada cual las caricias, aquél, para consolarlas, les daba sus condecoraciones para que jugaran. Pero cuando alguien le observaba esta irreverencia, le dijo: "Si estas condecoraciones no sirven para hacer callar a una nieta, de nada habrían valido."
Chocho con ellas, en 1837 le. escribía a don Pedro Molina contándole cosas familiares, y le decía respecto a estas chiquilinas: "Mis hijos llegaron con buena salud a fines de junio pasado, y a los pocos días la mendocina -su hija- dio a luz a una niña muy robusta: aquí me tiene usted con dos nietecitas cuyas gracias no dejan de contribuir a hacerme más llevaderos mis viejos días".
El amor que sentía San Martín por su hija, se volcó después en las nietitas que, como todas las de su edad, saben buscar el lado flaco del abuelo que las mima, para sacarle todo lo que desean, satisfaciendo caprichos como aquel de jugar -en el presente caso- ¡con las medallas de la victoria!
Empero, muy lamentable por cierto, estas nietitas cortaron el apellido San Martín que ostentaba el Libertador, heredado a su vez de su padre, habiéndose extinguido con ellas también la descendencia directa, por haber fallecido las dos sin hijos.
De las dos nietas, la mayor, María Mercedes, nacida en Buenos Aires el 14 de octubre de 1833, como hemos visto, murió soltera en París a los 27 años de edad, en 1860.
Y Josefa Dominga, nacida el 14 de julio de 1836 en Grand Bourg, fue casada con D. Fernando Gutiérrez Estrada de nacionalidad mexicana, falleciendo en Brunoy el 15 de abril de 1924, sin dejar descendencia, a la edad de 88 años. Tuvo la suerte de vivir más que todos los de su familia, pero también la pena de verlos morir uno tras otro para ser ella la última. Y en esa vejez dolorosa por la soledad, recordaría las travesuras de su niñez que, con su hermana mayor, hacían enfadar a la solícita madre, por molestar a su padre, anciano ya, pero que él las acariciaba con un verdadero cariño.
Florencio Balcarce, cuñado de Mercedes, que estudiaba en París, solía visitar a menudo su casa, escribía a su hermano en Buenos Aires diciéndole cosas de aquellas chicuelas sin par: "Tengo el placer de ver la familia -de San Martín- un domingo sí y otro no. Iría todas las semanas si los buques de vapor estuvieran del todo establecidos. El general goza a más no poder de esa vida solitaria y tranquila que tanto ambiciona. Mercedes se pasa la vida lidiando con las chiquitas que están cada vez más traviesas. Pepa sobre todo, anda por todas partes levantando una pierna para hacer lo que llama volatín; pero entiende muy bien el español y el francés. Merceditas está en la grande empresa de volver a aprender el a-b-c que tenía olvidado; pero el General siempre repite la observación de que no la ha visto un segundo quieta".
Florencio Balcarce, hermano del yerno del general San Martín, murió a los 21 años,cuando comenzaba a perfilarse un gran poeta. Por su parte el poeta Ricardo J. Bustamante les dedicó unos versos a las inquietas nietas del grande hombre que Rafael Alberto Arrieta transcribe en su libro "Florencio Balcarce 1818-1839". En cuanto a doña Josefa, mujer ilustrada y culta, supo conservar el acervo histórico de su ilustre abuelo y que su padre había ofrecido al general Mitre para su extensa Historia sobre San Martín, pues ella conocía el valor de lo que aquello representaba para la Historia Argentina y, por ende, Americana. Fue así cómo le remitió aquella documentación que no alcanzara a enviarle don Mariano en su primer pedido, además de los objetos y enseres que pertenecieron al Libertador, remitidos al Museo Histórico Nacional que hacía poco había fundado D. Adolfo P. Carranza.
En carta del 8 de octubre de 1886, esta nieta le escribía al general Mitre desde París, para informarle de los documentos que le remitía para su Historia de San Martín: cartas, papeles, mapas y proclamas los había ordenado su padre a tal objeto. En otra carta posterior, le dice:"Después de haber en 1886 ofrecido a usted el reloj y cadena de mi abuelo, el general don José de San Martín, y remitido a ese Ministerio de Relaciones Exteriores para el Museo Nacional su uniforme, sus bandas y otros objetos que le pertenecieron, conservé entonces únicamente la escribanía y caja de trabajo de que él se sirvió hasta su último día.
"Hoy que se halla usted en vísperas de regresar a Buenos Aires, vengo a rogarle se sirva aceptar, cono recuerdo mío, estas últimas reliquias de las que no me había querido desprender hasta ahora".
Y así como esto, todo lo demás que perteneció al general San Martín, aquella nieta, generosa y comprensiva, donó en vida tales prendas para que fueran a conservarse en un lugar donde todos pudieran observarlas y sacar las conclusiones que cada cual concibiera.
De tal manera, las nietas del Libertador han, pasado también a la Historia Argentina como parte integrante de su familia, por haberle aliviado las penas al abuelo en su vejez, lamentando que no hubiera sido alguna de ellas, un varón, ya que no lo tuvo con su esposa. Efectivamente, alguna vez el ilustre abuelo se habría quejado de su suerte, por no haber tenido un descendiente varón, anhelo natural de todo hombre que ha sobresalido en alguna actividad de su vida: ver prolongado su apellido o su obra en el tiempo.
Sin embargo, pensamos de todas maneras que San Martín hubiera sido más feliz en su ostracismo sino muere antes su tierna compañera: vacío que llenaron con cariño verdadero su hija y sus nietas, quienes supieron captarse las simpatías y el cariño del noble abuelo, con fervor y agradecimiento supieron aliviarle muchas penas, con el cariño que le ofrendaron hasta su muerte, pues ellas habían sido igualmente correspondidas. Cómo no habría de serlo, si el anciano ilustre se sentía rejuvenecido, merced a las travesuras de aquellas criaturas que alegraban sus días, como si supieran que con ello producían un bienestar. Por eso pudo decir de ellas el poeta:
"Vosotras que sois la gloria De una madre tan querida, Que de un anciano la vida Llenáis de dulce ilusión; Vosotras que la memoria Vais de tesoros orlando, De un tierno padre escuchando La sabia y digna lección"
(Del poema "A las tiernas niñas Josefa y Mercedes Balcarce, nietas del General San Martín", por el poeta Ricardo J. Bustamante. En París el año 1844.)
Fuente: https://rodolfoparbst.blogspot.com/2016/03/las-nietas-del-general-san-martin.html

Hija de Jose de San Martin

Mercedes Tomasa San Martín y Escalada

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada
Mercedes Tomasa San Martín y Escalada.jpg
Información personal
Otros nombresMerceditas
Nacimiento24 de agosto de 1816
MendozaProvincias Unidas del Río de la Plata
Fallecimiento28 de febrero de 1875
(58 años)
Brunoy (Francia)
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
PadresJosé de San Martín
María de los Remedios de Escalada
CónyugeMariano Severo Balcarce
HijosJosefa Dominga Balcarce
María Mercedes Balcarce
Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada (Mendoza, 24 de agosto de 1816 – Brunoy, 28 de febrero de 1875) fue la hija del general José de San Martín y de María de los Remedios de Escalada.1

Biografía[editar]

Mercedes Tomasa nació en Mendoza el 24 de agosto de 1816, un año más tarde como San Martín dejaría la Gobernación de Cuyo para emprender la campaña Libertadora, se mudaron con su madre a la casa de sus abuelos José Escalada y Tomasa Quintana en Buenos Aires.12​ Su padre no pudo acompañarlas debido a trabas puestas por el presidente Bernardino Rivadavia, quien no quería que San Martín entrara en la ciudad. En el año 1818 San Martín regresó, tras la victoria de la campaña Libertadora en Chile, a la capital porteña en donde una vez reunido con su familia partieron para instalarse otra vez en Mendoza en la Chacra de Barriales.2​ Cuando Mercedes tenía alrededor de dos años, la salud de su madre Remedios empeoró, y esto obligó a San Martín a retornar nuevamente a Buenos Aires para dejar a Mercedes al cuidado de sus abuelos mientras el partía a Chile para continuar la campaña Libertadora esta vez hacia el Perú. El 3 de agosto de 1823 falleció su madre Remedios de tisis, mientras Mercedes estaba al cuidado de su abuela Tomasa.12
El 21 de febrero de 1824,1​ luego de la guerra de la independencia, San Martín se exilió con su hija en Europa,2​ primero en Francia y luego en Gran Bretaña.1​ Mercedes estudió en el Hampstead College de Londres, y una vez finalizados sus estudios partieron hacia Bélgica, en donde se radicaron por un tiempo, y luego se establecieron en Francia nuevamente.1​ Sin embargo, debido a las agitadas revoluciones que ocurrían en ese país, la familia decidió trasladarse a un pueblo más retirado, Boulogne-sur-Mer. Allí en 1831 ambos se enfermaron de cólera, y fueron atendidos por el médico argentino Mariano Severo Balcarce.1​ Mercedes y Balcarce se casaron el 13 de septiembre de 1832​ y tuvieron dos hijas. La pareja debió volver a Buenos Aires por obligaciones políticas de Balcarce, donde el 14 de octubre de 1833 nació su primera hija María Mercedes.2​ A fines de 1835 volvieron a Francia, y se instalaron en la propiedad que San Martín poseía en Gran Bourg, allí unos meses más tarde el 14 de julio de 1836 nació la segunda hija de la parejaː Josefa Dominga.
Luego de la muerte de San Martín y del retiro de Balcarce de la diplomacia, la familia Balcarce se mudó a Brunoy, en las cercanías de París. Mercedes murió allí el 28 de febrero de 18751​ a la edad de 58 años.3
En 1951, su cuerpo, junto con el de su esposo y el de su hija mayor María Mercedes, fue repatriado y sepultado en la Basílica de San Francisco, en Mendoza.
En la provincia de Mendoza se celebra el Día del Padre el 24 de agosto en honor al nacimiento de Mercedes.1

Máximas

Máximas de José de San Martín
En 1825, el General José de San Martín decidió escribir una serie de normas para dirigir la educación de su hija "Merceditas".​ En ellas se encuentran las virtudes civiles del Libertador, y se puede advertir el amor, respeto hacia el prójimo, etc.
  1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible, aún con los insectos que nos perjudican.
  2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
  3. Inspirarle gran confianza y amistad, pero uniendo el respeto.
  4. Estimular en Mercedes la caridad a los pobres.
  5. Respeto hacia la propiedad ajena.
  6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
  7. Inspirarle sentimiento de respeto hacia todas las religiones.
  8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
  9. Que hable poco y lo preciso.
  10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
  11. Amar el aseo y desprecio al lujo.
  12. Inspirada por el Amor a la Patria.
Fuente:Wikipedia

EL SARGENTO CABRAL

HÉLICE DEL BUQUE VILLARINO



¿Estarán preguntándose que relación tiene la hélice de un barco en un blog referente al General San Martín? Paso a ponerlos en situación. Cómo habrán apreciado en el foro de presentación soy oriunda de la ciudad de Pto.Madryn localizada a orillas del Golfo Nuevo. Es una ciudad cuna de buceadores, esto es, buceadores que han sido maestros de tantos otros .... 

Y no puedo explicar  que orgullo siento cuando estos paisanos de mi tierra se conectan con sucesos históricos de nuestra república........porque llamativamente tienen también vínculo con el REGIMIENTO DE GRANADEROS A CABALLO........

El Regimiento de Granaderos a Caballo que formó José de San Martín para contener la avanzada realista sobre el Virreinato del Río de la Plata y que luego fue parte del Ejército de los Andes fue disuelto en 1826, poco tiempo después de su regreso a Buenos Aires.

A las órdenes del Coronel Félix Bogado regresaron a la urbe porteña 78 integrantes del ejército libertador pero solo 7, entre quienes estaba incluido el propio Bogado, eran parte de la dotación original del cuerpo de Granaderos a Caballo.

El por entonces presidente Bernardino Rivadavia decidió disolver el cuerpo creado por San Martín y todos los integrantes de las fuerzas de la independencia fueron distribuidos en distintas reparticiones militares de la época.

Pasaron 54 años hasta que Buenos Aires volvió a ver a los Granaderos. Fue el 28 de mayo de 1880 cuando arribaron a Argentina  los restos del general San Martín, fallecido en su exilio europeo.

La repatriación del féretro con los restos del Padre de la Patria se hizo en el vapor “Villarino”, el mismo  buque que el 16 de marzo de 1899 y mientras  cumplía con su viaje 101 como paquete de la carrera desde Buenos Aires hacia el extremo sur del continente, fue arrojado por un violento temporal  sobre las restingas de las Islas Blancas, en Bahía Camarones.

El golpe fue letal para la embarcación, que quedó totalmente destruida, pero sus tripulantes lograron sobrevivir al naufragio y fueron rescatados por el Crucero “9 de Julio”. Se terminaba allí una larga secuencia de viajes de uno de los buques más significativos de la historia de nuestro país.

El “Villarino”, que sirvió como transporte en la Armada Argentina, fue el primer buque de guerra de esa armada trasladado con mandos y tripulación argentina desde Europa  a nuestro país, y fue justamente en su viaje inaugural que transportó los restos del General José de San Martín desde Francia hasta nuestro país.

El gobierno de Nicolás Avellaneda impulsó la adquisición de un buque con la capacidad para transportar  un batallón de infantería en armamento completo. Y desde un principio la intención era contar con una embarcación que permitiera hacer efectiva la soberanía argentina en la Patagonia, y de allí que el nombre del barco remitiera a Basilio Villarino, el piloto español que encabezó la exploración del Río Negro, y participó activamente en las campañas de Francisco de Viedma y Juan de la Piedra en esa cuenca y el sur bonaerense.

La embarcación fue realizada en los astilleros Cammell, de Cammell Laird, de Birkenhead (Inglaterra) y costó para el gobierno nacional unas 18.000 libras. Tenía casco de hierro y 8 velas, con una eslora máxima de 56,37 m. Sus bodegas estaban preparadas para transportar 500 hombres con armamento completo y su velocidad de crucero se estimaba en 11 nudos.

El barco fue botado el 24 de febrero de 1880 en Liverpool y con una dotación de 53 hombres, incluido el capitán y los oficiales, partió rumbo a Le Havre (Francia) para recibir en ese puerto los restos mortales del general José de San Martín.

El 21 de abril de ese año y tras cumplir con todos las pasos diplomáticos, el buque zarpó de Francia rumbo a Argentina con el féretro del General y también cajones que contenían las piezas del monumento construido por el escultor parisino Louis-Robert Carrier-Belleuse en homenaje al Padre de la Patria y que estaban destinadas a  la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.

Aquel fue el primero de una larga serie de viajes que el vapor “Villarino” realizó, especialmente hacia el sur del país. En su historial se anotan hechos destacados pero también algunos pocos felices, como su intervención en la Revolución de 1880, cuando sus proyectiles cayeron sobre Retiro causando varios muertos entre la población civil ribereña o fue el transporte del Cacique Orkeke y su tribu desde Puerto Deseado a Buenos Aires, donde fueron mostrados a la sociedad porteña por los funcionarios del gobierno del general Julio Argentino Roca, antes de que las enfermedades citadinas diezmaran a los tehuelches.

Por aquellos años el buque fuedesignado paquete de la carrera desde Buenos Aires a la Patagonia. Su primer destino fue Bahía Blanca y Carmen de Patagones, pero luego fue extendiendo el itinerario. Así fue como trasladó tropas a distintos puertos y fondeaderos de Chubut y Santa Cruz, transportó colonos galeses hasta nuestras costas y también el equipamiento y personal para montar el Faro San Juan de Salvamento, en Isla de los Estados.

Realizó innumerables viajes a Ushuaia y en más de una oportunidad rescató náufragos de barcos extranjeros en proximidades de Tierra del Fuego, pero también se unió al a flota naval remontando los ríos del litoral hasta Formosa.

Hace 119 años, en su último viaje, se estrelló frente a las costas chubutenses  pero lejos de quedar en el olvido, una parte de sus restos fueron recuperados por un grupo de buzos chubutenses que integraban la “Hermandad del Escrófalo”. La hélice y el ancla fueron llevados a Puerto Madryn, mientras que otros objetivos se destinaron a distintos museos del país. Años después se realizó una segunda misión, que fue filmada y sirvió para concretar un documental sobre la recuperación de nuevos elementos. 


                                                    Resultado de imagen para HELICE VILLARINO

Una historia ampliamente difundida en internet asegura que tras su primer viaje al país, al llegar al puerto de Buenos Aires y en medio de la ceremonia oficial para recibir los restos de San Martín, aparecieron siete viejos hombres, sobrevivientes de la guerra de la Independencia,  quienes ataviados con los viejos uniformes de Granaderos y montados en sus corceles marcharon a recibir al prócer.

Aquel día, sin que nadie los obligase, los siete Granaderos lo acompañaron hasta su morada final y allí se quedaron de guardia, toda la noche y luego se despidieron sin que nadie supiera sus nombres.

Aquellos hombres anónimos que custodiaron los restos de San Martín habrían inspirado la organización actual de la guardia de honor en la Catedral de Buenos Aires, efectuada justamente por siete integrantes del Regimiento de Granaderos “General San Martín”, cuerpo del ejército reconstituido en 1903 durante la presidencia de Julio Argentino Roca y al cual otro presidente, Figueroa Alcorta, nombró oficialmente como escolta presidencial.

A diferencia de los anónimos granaderos cuyo recuerdo solo perdura en la ceremonia de guardia del mausoleo dispuesto en la catedral porteña, en Puerto Madryn sí existe una placa que recuerda al pie del busto del General San Martín y de la hélice del Villarino, a los hombres que formaron parte del operativo de rescate de los restos del vapor.  Ellos son son Oscar “Cacho” Comes, Mariano “Malevo” Medina, Néstor Alcides Moré, José “Pino” Nicoletti, Juan Curti, Carlos Redondo, Aldo Comes, Víctor “Pocho” Comes, Santos Solís, Luis Curti, Narciso Misraji, Nelson Dames, Antonio Torrejón, Héctor Mangini, Alcides Nerone, Roberto Astiz, José D’ adam, Roberto Bensimón, Carlos Beloso, Luis Isola, Guillermo Sar, Ángel Rafael “Lito” Biondi, Pablo “El Colorado” Badioli, Gino Morassi, Enrique Dames, Juan Ángel Allieri, Antonio Pappalardo, Ricardo González Richter, Cabo Lupo, Daniel Planchado y Carlos Wir.
 
Muchos de estos "escrófalos" aún hoy caminan por mi ciudad y pueden dar testimonio viviente de su hallazgo y siguen dando cátedra de buceo. Me encantó compartir esta historia. 


























































lunes, 17 de septiembre de 2018

Bautismo del Regimiento de Granaderos a Caballo: El Combate de San Lorenzo.




Cuando no recordamos lo que nos pasa,
nos puede suceder la misma cosa.
Son esas mismas cosas que nos marginan,
nos matan la memoria, nos queman las ideas,
nos quitan las palabras…
Lito Nebbia
El General San Martín sabía que para su Campaña Libertadora requeriría de soldados apasionados por la Patria y el deber, estrictamente disciplinados, orgullosos de su Regimiento, capaz de acometer los mayores esfuerzos. Es así que el 16 de marzo de 1812 crea el Regimiento de Granaderos a Caballo que entra a la historia de la Patria al mismo tiempo que el General.

El 31 de enero de 1813, el segundo Triunvirato que había convocado a una Asamblea General Constituyente, inauguró sus sesiones para dar constitución al nuevo estado y concretar la emancipación del vínculo colonial que aún persistía, ya que los españoles, daban batalla a los independentistas.

Los españoles que ocupaban Montevideo, realizaban frecuentes asaltos a las Costas del Paraná para abastecerse. El día 3 de febrero de 1813 el entonces Coronel San Martín ya había recibido la orden de interceptar a una cuadrilla de 11 embarcaciones.

Al llegar el General y su Regimiento al convento San Carlos Borromeo, ubicado en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, le informó a los frailes franciscanos acerca de su estrategia militar, les pidió autorización para que los granaderos se ocultaran allí, a fin de evitar que pudieran ser observados por los españoles.

                                               "Febo asoma; tras sus rayos, iluminan el histórico convento... 
¡Honor, honor al gran Cabral!"

Cuando los hombres del ejército español llegaron al convento buscando víveres fueron sorprendidos por los Granaderos a Caballo. Se libró así la primera batalla por la independencia en la que participó Libertador y su emblemático regimiento: la Batalla de San Lorenzo. 

En este día se hizo célebre un relato histórico. En el marco de las escaramuzas bélicas que allí se desarrollaron, una bala hirió al caballo de San Martín, que al caer le aprisionó una pierna y lo inmovilizó, lo que puso en riesgo su vida. Fue entonces cuando un enemigo, bayoneta en mano, se lanzó directo al general, lo cual no ocurrió gracias al arrojo de un sargento correntino Juan Bautista Cabral, quien, interponiéndose entre su jefe y y el enemigo, perdió la vida.

Fue entonces cuando un enemigo, utilizando una bayoneta, se lanzó directamente a terminar con la vida del general, lo cual no ocurrió gracias al arrojo del sargento correntino Juan Bautista Cabral, quien, interponiéndose entre su jefe y el enemigo, perdió su vida al ser alcanzado por el arma de este último.

Aunque la gesta sólo duró 15 minutos, tuvo una importancia estratégica fundamental, ya que impidió que los españoles siguieran llevando peligro por las costas del Río Paraná. Además pacificó el litoral de los ríos Paraná y Uruguay, dando seguridad a sus poblaciones; mantuvo libre la comunicación con Entre Ríos, que era la base del ejército sitiador de Montevideo; privó a esta plaza del auxilio de víveres para prolongar su resistencia; conservó franco el comercio con el Paraguay, que era una fuente de recursos y, sobre todo, dio un nuevo general a sus ejércitos y a sus armas un nuevo temple.

El Canal Encuentros nos invita a disfrutar  del video correspondiente al Ciclo Efemérides: "La Batalla de San Lorenzo" y también el Especial: "San Martín. El Combate de San Lorenzo" que pueden encontrarse en YouTube:


Imagen en: Canal Encuentro
                                                     Imagen en: Canal Encuentro
Fuente: 
https://lamemoriayelsol.wordpress.com/2013/02/03/bicentenario-del-combate-de-san-lorenzo/
https://www.infobae.com/opinion/2018/02/01/la-batalla-de-san-lorenzo-y-el-bautismo-del-regimiento-de-granaderos-a-caballo/